El Ministerio de Fomento ha decido retrasar 3 meses la resolución del concurso para la privatización de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, aduciendo las dificultades de los participantes en conseguir las garantías económicas que se exigen en el concurso. Los grupos concurrentes lo tienen muy complicado para encontrar fondos, y este retraso significa que el Estado dejará de ingresar unos 13.000 millones de euros.
En Barcelona, esta privatización ha generado numerosas expectativas de desarrollo del aeropuerto de El Prat, ya que la Generalitat quiere impulsarlo como un espacio para rutas intercontinentales, aspecto en el que en la actualidad está muy limitado.
Desde el Puerto de Barcelona se observa con mucho interés esta operación, ya que por un lado, Barcelona podrá ofrecer al mundo, un Puerto y un Aeropuerto prácticamente unidos, hecho de especial relevancia en la época de la intermodalidad. Además hasta ahora el desarrollo del negocio de los cruceros ha hecho que vengan vuelos trasatlánticos con Norteamérica, y ahora podría ser que el desarrollo del Prat, trajera nuevas posibilidades de negocio al Puerto.
Una mirada a nuestro entorno cercano siempre es interesante. En Italia, la distancia entre Milán y Roma es de 490 kilómetros, y ambos tienen aeropuertos internacionales con conexiones a todos los continentes. Igual sucede en Alemania entre Munich y Frankfurt, con una distancia de 305 kilómetros.
Un desarrollo del aeropuerto de Barcelona, sumaría nuevas posibilidades de desarrollo para Catalunya, y por ende a España, por lo que deberíamos observar este hipotética competencia entre ambas instalaciones como un generador de negocio y una oportunidad.
Por cierto y se me olvidaba. ¿Qué van a inventar nuestros políticos, para generar otros 13.000 millones de euros? ¡Da miedo solo de pensarlo!
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