He querido titular esta entrada, como el maravilloso libro de John Lanchester donde se recoge la historia de Hong Kong desde 1935 hasta su devolución en 1997 a las autoridades chinas. Recomiendo la lectura de esta novela por su belleza y su sencillez narrativa, y porque transmite un gran amor a una tierra que fúe la de acogida del abuelo del autor.
Esta ciudad de unos 7 millones de habitantes y una superficie de 1.104 km2, inferior a la de cualquier provincia peninsular española, ha sabido sobrellevar magnificamente primero su cambio de status político; y después el boom económico de sus vecinos y hermanos de la República Popular China. Por supuesto su sistema financiero, plenamente integrado en el mundo occidental, les es de una gran ayuda para mantener una papel destacado en las relaciones económicas entre China y Occidente, pero además su dinamismo, su capacidad de ser puente entre diversas culturas y el carácter emprendedor de sus habitantes, ha facilitado que siga en primera línea mundial por su actividad financiera, económica y portuaria.
El puerto de Hong Kong es el 3º del mundo en tráfico de contenedores. Recordar que en el año 2004 era el primer puerto mundial, y a pesar que ha tenido un crecimiento menor que otros rivales suyos como Shanghai, Singapour, Shenzen, etc..: ha sabido mantenerse en cabeza en medio de un auténtico boom de fabricación y de exportación en China, y asimismo de la apertura de la economía China al exterior. El complejo de Kwai Tsing es el mayor centro de contenedores de Asia, y concentra en sus diversas terminales el 70% del tráfico portuario de Hong Kong. Sus 9 terminales tienen una capacidad de movimiento de 18 millones de Teu anuales.
Un pais fascinante, una mezcla de eficiencia y modernidad sin alardes, un sitio para descubrir la esencia de Oriente.
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